Prindy H.R.F., un joven francés de origen australiano, lleva dos años viviendo en España para deshabituarse de las drogas y aún le resta, según las previsiones, un tercero para concluir su tratamiento. Todo ello después de que en julio de 2005 fuera detenido con una mujer en relación al que ha sido el mayor alijo de ketamina intervenido en la isla, cuatro litros de esta sustancia procedente de India y camuflado en frascos de aceites para masajes.

La Audiencia Provincial le condenó ayer con la aquiescencia del acusado a tres años de prisión, pena que quedó en suspenso mientras Prindy H.R.F., de 28 años, concluya su deshabituación en un tratamiento vigilado y cuyo tiempo de duración también se estimó en un máximo de tres años. El tribunal también le condenó a pagar 4.753 euros de multa. La otra arrestada en el caso, la británica Victoria M.R, de 38 años, se encuentra en busca y captura desde el pasado mes de mayo, fecha en la que la Audiencia intentó por primera ver este juicio y en el que la acusada se excusó que por su «delicado estado de salud» no podía viajar a Eivissa. «Tengo que aceptar el acuerdo. Lo único que quiero es que esto acabe», dijo ayer Prindy H.R.F. detenido el 1 de julio de 2005 cuando junto con la otra sospechosa recogía un paquete en el que iban los cuatro litros de ketamina y que según la investigación de la Guardia Civil y de Aduanas iban a ser combinados con cocaína o anfetaminas para fabricar «Special K2 o «Calvin Klein», drogas de moda entonces en Eivissa. Los agentes también hallaron en su habitación y en otras partes de la casa del Camí des Regueró que compartía con la otra sospechosa, también toxicómana, distintas cantidades de otras drogas y balanzas precisión. Durante todos estos años, Prindy H.R.F. se ha declarado inocente, ha asegurado que la droga no era suya y no ha salido de España para ver a su familia. Cuando fue detenido venía a pasar sólo 15 días a Eivissa. Ayer pidió permiso al tribunal para ir a ver a su familia a Australia.