Nueve meses de prisión y la imposibilidad de acercarse a su hijo de cuatro años durante otros 21 meses. Esta es la pena a la que se enfrenta una vecina de Eivissa acusada por el hermano de su ex pareja de golpear con inusitada violencia al pequeño cuando éste quería irse con su padre y la madre luchaba por meterlo dentro de un coche. El caso quedó ayer visto para sentencia en un juzgado de lo Penal de la isla. Tanto el padre del menor como una psicóloga aseguraron que el niño nunca había sufrido maltrato, pese a que varios testigos indicaron ayer en el juicio que la madre, en esta ocasión, «perdió los nervios».

El suceso tuvo lugar el día 1 de julio del año pasado en la calle Canarias cuando, al parecer, la madre detuvo el vehículo en el que iba con su hijo pequeño con la intención de comprarle unos cromos a su hijo, momento en el que el menor vio a su padre. La pareja había dado entonces por concluida su relación pero existía un trato cordial para compartir al pequeño. El incidente se produjo cuando la madre quiso que su hijo volviera a entrar en el coche. «Se produjeron puñetazos, patadas, lo arrastró por el suelo y lo quiso meter a la fuerza por la parte del maletero», relató en el juzgado el denunciante. Varias personas presenciaron el incidente desde la terraza de una hamburguesería. Algunas de ellas relataron ayer ante la juez Clara Ramírez que el comportamiento de la madre fue excesivo para frenar lo que algunos de ellos calificaron como «algo más que una pataleta de un niño». «Incluso se me encogió el corazón cuando la madre dio un portazo para cerrar el coche. Si le pilla la mano o el pie se lo corta», relató una de las testigos. Según la defensa, por contra, la situación siempre estuvo bajo control y las rabietas del pequeño eran frecuentes al atravesar una mala época coincidiendo con la separación de sus padres.