«Los vi venir y empecé a seguirlos con el rabillo del ojo. Dos iban delante y otros dos detrás. Noté cosquillas en un pie y vi a uno de ellos que, sonriéndome, me decía 'cucaracha, cucaracha'. Le dije que me parecía una broma de muy mal gusto. Luego vino el que alquilaba las hamacas y nos dijo que no estaban robando». Así explicaba ayer en el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa una joven lo que le ocurrió cuando supuestamente fue víctima de una banda de magrebís especializadas en hurtos y que la tarde del 25 de julio 'peinó' Platja d'en Bossa.

Dos de los cuatro sospechosos que fueron detenidos se sentaron ayer en el banquillo para responder de estos hechos. Los otros dos, pese a su ausencia, fueron también juzgados. Todos ellos se enfrentan a penas de cárcel que rondan los dos años de prisión. Los ladrones, con estar artimañas, sustrajeron a la familia de la bañista una cámara, documentación y 4.900 euros que llevaban en una bolsa. «No nos pareció prudente dejar tanto dinero en la casa de alquiler en la que estábamos», señaló una de las afectadas. El responsable de las hamacas avisó a la familia que fue víctima del hurto. «Les grité pero no me escucharon», manifestó ayer en el juzgado. Esta misma persona, en una declaración contradictoria dijo primero en la vista oral que vio cómo uno de los ladrones «metía una mano en un capazo» y luego precisó que le «pareció verlo». En el juzgado de guardia, afirmó con rotundidad haber visto la acción y notar que «sacaban algo de la bolsa».

Dos de las perjudicadas, dos chicas que estaban con el padre de una de ellas, identificaron de nuevo ayer en la vista a los sospechosos. Ambas coincidieron en cuál fue el individuo que hizo cosquillas a una de ellas.

La Guardia Civi detuvo a cuatro de los sospechosos después de que las jóvenes dieran una batida por la zona al tiempo que el padre fue a la caseta del instituto armado a interponer una denuncia. Los cuatro presuntos ladrones fueron localizaron en la terraza de un bar, momento en el que una de las chicas corrió a dar aviso a la Guardia Civil mientras las otras, agazapadas, vigilaban sus movimientos. Los acusados, ayer, se declararon inocentes.