El juez del Juzgado de Instrucción Número 2, José Espinosa, envió ayer a prisión a nueve de los 17 detenidos en la operación «Brujas». Cinco quedaron en libertad bajo fianza de 10.000 euros y tres, en libertad con cargos. Están acusados de traficar con cocaína, hachís y pastillas de éxtasis. Entre los enviados a prisión se encuentra el supuesto jefe del grupo, el colombiano Alejandro López Ocampo. De esta forma se cierra la operación, que llevó a 30 agentes de la Guardia Civil, la mayor parte llegados a la isla desde Mallorca, a infiltrarse en el ambiente nocturno de las fiestas y las discotecas de Eivissa para poder localizar a los presuntos narcotraficantes.

Al parecer, distribuían droga a pequeños camellos de la isla y también se dedicaban a la venta directa. Según una nota de la Guardia Civil, el jefe se encargaba de distribuir a los vendedores, de forma que no coincidieran dos de la banda en el mismo lugar y de esta forma no se hicieran competencia. Los acusados pasaron ayer casi todo el día en los calabozos de los Juzgados de Eivissa esperando por los trámites judiciales. Allí permanecieron hasta entrada la noche.

Algunos de los abogados de los acusados criticaron las precarias condiciones en las que los acusados pasaron el día de ayer. Ante el juez se presentaron sudorosos. En los pasillos de los Juzgados se percibía el olor corporal a mucha distancia de los calabozos.

La noche anterior la pasaron en la cárcel, lo cual, según algunos abogados, celebraron los condenados, ya que allí las condiciones son mejores que en los calabozos de la Guardia Civil.

Entre los detenidos hay cinco mujeres. Tan sólo una de ellas fue ayer enviada a prisión. Los días anteriores, las detenidas pasaron las noches en los calabozos de la Policía Local de Sant Antoni.