El Jaume III ayer en el puerto de Palma de Mallorca.

C. CUEVAS El exceso de yates invadiendo la zona de maniobra fue la explicación que ofreció ayer Baleària a través de su portavoz, Joan Cerdà, para aclarar los motivos por los que uno de los buques de la compañía, el Jaume III, tuvo problemas a la hora de atracar en la madrugada de ayer.

Esta incidencia provocó que parte del pasaje, cerca de unas 120 personas, tuvieran que esperar tres horas para lograr sacar sus vehículos del interior de la nave y que una de las farolas del puerto acabara doblada.

Todo ocurrió en torno a las tres de la mañana cuando, según explicó Autoridad Portuaria, el catamarán Jaume III en su maniobra de aproximación al muelle golpeó el cantil con uno de sus patines o cascos. Por efecto de este golpe, el buque se vio obligado a atracar de manera diferente a la que es habitual, impidiendo así la salida de los pasajeros y de los vehículos que viajaban en la bodega de la nave. Parte del pasaje pudo desembarcar del Jaume III después de que se colocara una pasarela. Sin embargo, los turistas que viajaban con su vehículo tuvieron que esperar hasta las seis de la mañana, hora en la que el catamarán terminó de maniobrar y el buque quedó atracado correctamente, para sacar sus coches de la bodega.

En cambio, el portavoz de la compañía Baleària, Joan Cerdà, negó en todo momento que el Jaume III colisionara con el muelle o con cantil alguno y explicó que, como en este tipo de embarcaciones la proa está volada, ésta pasó por encima del muelle con el ancla preparada para el atraque. Fue el ancla lo que se enganchó a la farola y la dañó ligeramente. Cerdà quiso remarcar que el problema radicó en la cantidad de embarcaciones de recreo fondeadas invadiendo una zona de maniobras. Desde Baleària informaron también de que el navío tenía un problema técnico que le obligó a revirar en un espacio limitado y estrechado por la presencia de yates. Para respaldar esta aclaración la compañía señaló que el incidente ocurrió exactamente en el mismo punto donde hace escasos días un buque de Acciona dañó la proa de un yate mientras maniobraba para salir del puerto.

En los últimos días, Balearia ya ha reclamado daños por los retrasos que sufren sus barcos a la entrada y salida del puerto de Eivissa debido a los fondeos ilegales de embarcaciones de recreo. Autoridad Portuaria pidió el viernes de manera formal a la Delegación del Gobierno que ayudaran en estas tareas para evitar este tipo de incidentes. Ayer por la mañana una patrulla de la Guardia Civil, ayudados por la policía portuaria, comenzaron a desalojar del puerto a las embarcaciones fondeadas ilegalmente, que a inicios del día eran un centenar y de las cuales la mayoría se había retirado a las 19.00 horas, mientras que a esa hora se había inmovilizado a una media docena.

Por otra parte, el Jaume III, según explicó Autoridad Portuaria, quedó anulado e inoperativo y fue trasladado al puerto de Palma para ser arreglado. Extremo negado por Baleària, quien aseguró que el buque se reincorporará hoy a la línea regular y explicó que la cancelación de ayer del itinerario se debió a que la tripulación no pudo cumplir con los descansos reglamentarios y se excedieron en sus horas de trabajo como consecuencia de las maniobras que tuvo que realizar el Jaume III. La embarcación cubre el trayecto entre Barcelona y Palma y dos veces por semana arriba a Eivissa. Los pasajeros que tenían que embarcar en la nave siniestrada fueron colocados en otras compañías el mismo día de la incidencia.

Sin embargo, éste no fue el único percance sufrido a bordo del buque de Balearia, puesto que durante el trayecto un grupo de personas en estado ebrio saltaron la barra del bar para llevarse varias botellas de alcohol. Este episodio hizo que la tripulación avisara a la Guarida Civil para que esperara la llegada de la embarcación por si surgían más problemas.