Cometió abusos sexuales contra la hija de su compañera sentimental durante tres años y con una frecuencia media de tres veces por semana. Por ello debe cumplir una condena de dos años y medio de prisión e indemnizar a la niña afectada y a su madre con 18.000 euros. La víctima sufre desde entonces un síndrome de estrés crónico y secuelas importantes que han afectado a su desarrollo psicoemocional.

Esta ha sido la decisión de la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, contra un vecino de Santa Agnès de 57 años que tuvo que sentarse en el banquillo el pasado mes de abril enfrentándose a cuatro años de cárcel.

Según la sentencia, el acusado aprovechaba que la madre de la pequeña no estaba en casa, una menor de unos nueve años, para realizar los tocamientos a la menor. Dichos abusos se iniciaron a los cinco meses de que el sospechoso se trasladara a la casa de su nueva pareja, durante el año 2004. La situación se agravó con el tiempo y el acusado, de nacionalidad española, continuó realizando los tocamientos cuando iba con la menor en el coche y en otras ocasiones en las que incluso penetraba en el dormitorio de la pequeña cuando ésta dormía. La juez ha dado especial credibilidad al testimonio de la niña por su contundencia y porque éste está apoyado por el informe de dos psicólogas.