La titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la juez Martina Rodríguez, resolvió ayer con una sentencia de conformidad de dos años y dos meses de cárcel la causa contra un residente argentino de la isla que fue detenido por estafar una cantidad próxima a los 30.000 euros con tarjetas de crédito clonadas.

El sospechoso, que en la actualidad se encuentra preso, afirmó durante el proceso que adquirió de Francia ambas tarjetas tras contactar por internet con una página o dirección en la que se ofreció la posibilidad de hacerse con ellas. No ha trascendido el origen de la red que clonó las tarjetas y el lugar donde se hicieron estas operaciones. Al parecer, durante la instrucción del caso, el acusado también afirmó que no sabía que estuviera cometiendo una ilegalidad, así como que desconocía la cantidad de fondos concreta de la que podía disponer.

Dos titulares de cuentas se vieron perjudicados por estos movimientos bancarios irregulares. Uno de ellos tuvo un «agujero» en su cuenta cercano a los 25.000 euros y el otro afectado de una cifra próxima a los 5.000 euros. Todas las operaciones fraudulentas se llevaron a cabo durante los tres principales meses de verano. La investigación policial encontró el rastro del sospechoso tras seguir la pista de fabulosos pagos en grandes discotecas de la isla, restaurantes de lujo y clubes de alterne.