Ni siquiera tuvieron que forzar una caja fuerte. Los autores en el robo de la mansión Thyssen de Cap Martinet actuaron presumiblemente con rapidez tras saltar la alarma pero tuvieron tiempo de recorrer y registrar numerosas dependencias del domicilio donde eventualmente se alojan el hijo de Tita Cervera y su novia. Durante estos minutos, eligieron lo que era de su interés, especialmente relojes, sopesando su posible valor y la facilidad para transportarlos.
Atrás dejaron equipos de imagen, vídeo y música de gran valor y obras de arte también de valor incalculable. Aunque los primeros informes recogidos por la Guardia Civil confirmaban pérdidas cercanas a los 600.000 euros. finalmente, tras un recuento exhaustivo de los bienes robados la cifra sustraída se aproxima a los doscientos mil euros.
Agentes de la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil continuaron ayer con las investigaciones. Los primeros indicios apuntaron a que este mismo robo podía haber ocurrido de igual manera en cualquier otra casa de campo. El 'modus operandi' se considera similar al de otros asaltos por lo que no se descartaba que el robo fuera obra de un grupo de delincuentes comunes que se topó por azar con la fortuna de los Thyssen. Tampoco se podía obviar la hipótesis de que hubiera una planificación anterior y que, incluso, la casa hubiera estado sometida a vigilancia. A la espera de los resultados de las muestras recogidas tras la inspección ocular, los agentes buscaban datos entre posibles testigos, entre ellos los de una mujer que dijo haber visto a un grupo de personas -supuestamente- corriendo por los alrededores momento después de que sonara la alarma.
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