Alex Bellini, un aventurero italiano, tiene previsto alcanzar el próximo domingo la ciudad brasileña de Fortaleza. Atrás habrán quedado cerca de 8.300 kilómetros y 220 días de navegación en solitario en una simple canoa a remos. Su proeza es similar a la que intentó en 2004 y que acabó en Formentera cuando el mar estrelló su precaria embarcación contra las rocas. Bellini, con 26 años entonces, salvó la vida tras alcanzar a nado la costa. Entonces sólo llevaba 22 días de una travesía que se había iniciado también en la ciudad de Génova y que debía concluir en la Guyana francesa. La última gesta del aventurero italiano se puede seguir por internet. Alex Bellini tiene su propio diario de a bordo y en él, en su último mensaje -con fecha 21 de abril-, apunta a que únicamente le restan 300 millar para acabar su odisea, justo cuando el mar está en calma. Será su desquite -y su venganza- a lo que le ocurrió en las Pitiüses.

Bellini recordó meses atrás en este mismo diario su naufragio en la playa de Llevant. Lo hizo cuando la «Rosa de Atacama II», un modelo mejorado y de igual nombre que el que se fue a pique en aguas de Formentera en noviembre de 2004, dejó atrás esta isla en la que está siendo su última singladura. Bellini no tuvo reparos en explicar que no había podido evitar hacer un gesto «con el dedo» cuando, atravesadas por completo estas aguas, consideró conjurado el peligro de un nuevo naufragio.

Él mismo narró entonces lo que ocurrió: «Pensaba -al llegar a es Freus- que en esta zona todo iba a ser un juego de niños. Pero a medianoche el viento roló de forma sustancia, comenzó a soplar con más fuerza y me encontré con un mar que me golpeaba por ambos costados». Luego vino el desenlace final. «No veía playa, sólo rocas, !mamma mia qué rocas!».