Los dos afectados, acusados y denunciantes a la vez, comparecieron en el juzgado en un juicio penal.

El sospechoso de este caso se enfrentaba a tres años de prisión. Durante el juicio aseguró que con la denunciante sólo había tenido episodios sexuales y que todos los encuentros que se habían producido, coincidiendo con una orden de alejamiento que protegía a la afectada, habían sido casuales.

La historia de esta pareja, vecina de Santa Eulària y sobre la que ha resuelto recientemente el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, va aún más allá. Según las pruebas aportadas en el juicio, el sospechoso dijo recibir durante este mismo tiempo numerosos mensajes telefónicos de alto contenido erótico que se supone provenían directamente de la afectada.

Ésta, a su vez, tuvo que sentarse en el banquillo -en la sala del juzgado protegida por un biombo para no verse con su ex compañero- para responder de los supuestos daños que sufrió el vehículo del principal encausado. Durante la instrucción se llegó, incluso, a investigar si era cierto que el vehículo del acusado había aparecido con el tubo de escape obstruido por un plátano y si, en otra ocasión, se había llegado a cortar y manipular cables del coche, afectando con ello al sistema de frenado.

La responsable de este juzgado no ha hallado pruebas claras que sirvieron para fundamentar la culpabilidad de alguno de ellos por hechos delictivos que hubieran podido darse en tan compleja relación. Al respecto, una psicóloga declaró durante la vista, celebrada en su primera sesión a principios del pasado mes de febrero, que la mujer presentaba todos los síntomas propios de una persona que se siente continuamente observada y acosada. Según ella, varias veces se asustó al ver a al sospechoso cuando se encontraba en bares. La acusación particular, que al parecer ha recurrido la sentencia, argumentó que, independientemente de la existencia o no de los mensajes eróticos que sólo demostrarían que la mujer se hallaba sometida a un fuerte grado de dependencia por el acusado, estuviera siendo víctima de maltrato.