El «récord» de la Avenida Santa Eulària fue establecido el pasado día 12 con once pivotes arrancados por un todoterreno.

El accidente que protagonizó un todoterreno el pasado día 12 en la Avenida de Santa Eulària ha sido el último episodio de una serie de siniestros ocurridos en el último año cuya características se repiten: conductor bebido o sin papeles en regla, presumiblemente a gran velocidad, que huye tras arremeter y derribar contra los pivotes de protección de las aceras.

El precio de cada pivote oscila entre 20 y 30 euros pero el coste se eleva a 90 si éste no puede ser repuesto y además precisa una intervención «especial» de una brigada de obras del consistorio. La cifra aumenta aún más si el accidente viene acompañado de otros destrozos en el mobiliario urbano, como es el caso de farolas, árboles, carteles publicitarios y marquesinas de autobuses. La lista de los últimos dos años, pese al descenso de incidentes, es rica en anécdotas. El suceso más grave se registró el 26 de julio del año pasado cuando una mujer de un país del este de Europa sufrió una fractura en una pierna.Todo ello ocurrió después de que rebotara contra ella un pivote que salió despedido después de que un conductor italiano, al volante de un Seat Panda, se llevara por delante varios de estos elementos de la Avenida de Santa Eulària.

Reparar cada uno de estos pivotes puede conllevar al Ayuntamiento de Eivissa hasta un gasto de 90 euros, cargo que suele correr a cargo del conductor infractor si éste es localizado. En el último suceso referido, el todoterreno implicado en el accidente destruyó en su loca carrera hasta once pivotes. El vehículo fue minutos después localizado por una patrulla de la Policía Local de Eivissa en la zona del Paseo Marítimo.

Fuentes municipales informaron que, pese a la espectacularidad que revisten muchos de estos sucesos, las reparaciones de pivotes son cada vez menores, tal y como demuestran las estadísticas de 2006. La Avenida de Santa Eulària es el principal tramo conflictivo.

Un año antes, el 12 de julio de 2004, un hombre bebido se salió de esta misma avenida, estrellándose contra tres pivotes al tiempo que perdía una rueda. El vehículo quedó parado tras recorrer sin la rueda perdida más de 75 metros.