JOSÉ MARÍA ALONSO
Los tres miembros de la familia alemana que el pasado miércoles por la noche fue hallada muerta en su domicilio del barrio de la Marina fallecieron el pasado 7 de marzo, es decir, ocho días antes de ser encontrados, según los datos de la autopsia. De este estudio se desprende también que los padres mataron a su hijo muchas horas antes de suidicarse. Aunque la autopsia apunta que no hay ningún signo de violencia ni señales de que el niño fuera atado por sus padres, en el acta del levantamiento de los cadáveres se apunta que el pequeño estaba atando por los pies por encima del pantalón a la cama.

Los tres cuerpos tenían bolsas en la cabeza, pero el del pequeño tenía dentro de la boca un algodón que sus padres mojaron probablemente con cloroformo para dormirle. Después le colocaron una mascarilla y la bolsa por encima. La bolsa del pequeño estaba atada al cuello con dos lazos, aunque según la autopsia no estaban trabados con fuerza. Los resultados de los análisis toxicólogicos determinarán si el menor ingirió barbitúricos, aunque en principio la causa más probable del fallecimiento es asfixia. En el caso de los padres se presupone que la causa fue la ingesta de pastillas mezcladas con alcohol y que las bolsas se las colocaron para acelerar la muerte.

Fuentes del Juzgado de Instrucción número 1, que instruye el caso, informaron ayer de que la pareja envió a un amigo, al que han testado todos sus bienes, una carta a través de fax en la que le decían que a partir del día 15 ya podían «entrar en la casa», en referencia al piso en el que ese mismo día la policía encontró los cadáveres después de que este hombre, también de nacionalidad alemana, presentara una denuncia en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.