R.V.B. y N.S.N., las dos catalanas residentes en Eivissa sorprendidas en el pasado miércoles en el aeropuerto de Barajas cuando volaban hacia la isla con 7,3 kilos de cocaína han sido los últimos «correos» en caer dentro de una larga lista de personas que son reclutadas por redes de 'narcos' para introducir droga en la isla. Se les promete un dinero fácil a cambio de hacer una trabajo que realizan siguiendo instrucciones precisas y apenas sin tener informaciones o nombres. Los 'correos' suelen esperar una llamada cuando llegan a sus puntos de destino.

Las aprehensiones realizadas en los últimos años por las fuerzas policiales demuestran que las redes sudamericanas que operan en la isla, especialmente las colombianas, han preferido los trayectos por mar, sobre todo las conexiones con Denia, para estas «misiones». Los clanes de sa Penya también han utilizado este trayecto como forma más «segura» de traer heroína. Varios de sus enviados

El verano de 2003, al respecto, fue especialmente fructífero en controles portuarios que llevó a cabo la Guardia Civil. Numerosos 'correos' sudamericanos, casi todos con cantidades entre medio kilo y el kilo de cocaína cayeron en puertos de Eivissa.

Al mismo tiempo, los dispositivos de Denia se saldaron entre 2005 y 2002 con el arresto de más de 30 personas y la intervención de una tonelada de cocaína y 72.000 éxtasis con destino al mercado de Eivissa.

Actuaciones policiales realizadas en el aeropuerto de Madrid también evidenciaron que la conexión de Barajas como muy utilizada por las redes que sitúan en la isla las ramificaciones de sus «negocios». La conexión de Madrid es utilizada para enlazar directamente las zonas de suministro con los destinatarios finales de la droga. En uno de estos «vuelos calientes» cayeron la semana pasada las dos vecinas de Eivissa sorprendidas con 7,3 kilos de cocaína. También como ellas, procedentes de Brasil, tuvo lugar en septiembre de 2004 la detención de un joven de 19 años que traía 10 kilos de cocaína. Un año antes cayó otro vecino de Eivissa que, procedente de Buenos Aires, embarcaba a la isla con medio kilo de esta droga camuflada en la suela de sus zapatos.

Menos corrientes han sido en estos últimos año la detención de personas que se hayan podido relacionar directamente con grupos mafiosos italianos o británicos, éstos últimos más bien vinculados a la distribución de drogas en las zonas de ocio y exclusivamente destinadas a abastecer a los consumidores extranjeros durante los meses de verano.