Los dos incendios tuvieron lugar de noche y sin que hubiera
transcurrido una hora y media entre las intervenciones que
movilizaron a los efectivos de la Policía Local de Eivissa y los
bomberos.
La alarma sonó por primera vez en el Parque Insular de Bomberos
a las once de la noche. Un presumible cortocircuito en un aparato
de radio provocó una gran humareda en un cuarto piso del número 16
de la calle Extremadura de Eivissa. Los bomberos actuaron con
rapidez y diez minutos después la situación estaba controlada sin
que se produjera heridos o hubiera mayores problemas para asistir a
las personas que se pudiera ver afectadas.
El humo, sin embargo, causó los inevitables daños en el
mobiliario y en la ropa que había dentro de este domicilio
particular.
El segundo incendio, el más grave, tuvo lugar media hora después
de la media noche en un residencial de viviendas ubicado entre es
Viver y Cas Serres. Como en el caso anterior, el humo se adueñó
rápidamente del inmueble. Sin embargo, fuentes policiales
explicaron que en esta ocasión se vivieron momentos de gran tensión
tras anegarse enseguida la escalera y buscar refugio una madre y su
hijo de corta edad en uno de los pisos superiores.
Este suceso ocurrió en el número 3 de la calle Jacinto Aquenza,
un inmueble de tres plantas y sótano. El fuego comenzó
supuestamente en una cocina que entró en llamas. Los vecinos fueron
desalojados con complicaciones por la humareda que se formó.
Personal sanitario asistió a la una mujer y su hijo pequeño después
de que ésta, rescatada tras haberse refugiado en la parte alta del
edificio, fue rescatada y atendida de un ataque de nervios.
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