Las malas artes de una falsa víctima

Los hechos ocurrieron cuando un hombre de 53 años, natural de Toledo y sin antecedentes, se presentó en fechas recientes en la oficina de denuncias de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Maspalomas, en Canarias, con el objeto de denunciar un robo con violencia que había sufrido en un famoso centro comercial de esta localidad, cuando una persona lo abordó y tras pedirle fuego le amenazó con una navaja, robándole los objetos que portaba.

Las primeras sospechas surgieron al analizar la denuncia, ya que esa zona a la hora mencionada -las siete de la tarde- está muy concurrida por turistas y no suele ser conflictiva; pero además se daba la circunstancia de que el denunciante regresaba al día siguiente a Madrid. El cúmulo de circunstancias sospechosas hizo que los agentes lograran averiguar que el mismo individuo había interpuesto con anterioridad otras cuatro denuncias en Eivissa y Madrid, y que todas ellas eran prácticamente iguales en detalles, y en el «modus operandi». Finalmente, una vez detenido por los agentes del orden, el hombre confesó que todo era inventado con el fin de cobrar los distintos seguros y que los objetos denunciados como robados eran producto de su imaginación. Las autoridades judiciales intentarán descubrir qué era lo que movía a este hombre a presentar denuncias falsas, es decir, si pretendía estafar a alguna compañía de seguros al reclamar el cobro de lo supuestamente robado o si tan sólo se trata de un desiquilibrado que precisa atención.