EFE-CASTELLON
El subdelegado del Gobierno en Castellón, Juan María Calles, afirmó ayer que el abogado Carlos Reverter, muerto la semana pasada tras ser secuestrado, recibir una paliza y ser introducido en el maletero de un coche, no fue un «objetivo seleccionado», sino una «trágica víctima de la casualidad» y de un ladrón que «intentaba ejecutar un robo».

Según explicó en una rueda de prensa, no existe «la percepción» de que el letrado fuera «un objetivo seleccionado», sino que «probablemente era más fruto de la casualidad o del azar» del que responsabilizó a un ladrón que, al parecer, actuaba solo . Respecto al móvil de los hechos, señaló que «todos los datos parecen indicar que es el económico», ya que se trataba de un inmigrante de nacionalidad venezolana que se encontraba en España en situación irregular «desde hace aproximadamente un año».

Explicó que el detenido está siendo atendido en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Castellón «fruto del intento de fuga, en que sufrió una lesión en una caída que derivó en una fractura abierta de fémur a la altura de la rodilla».

Calles descartó que la herida fuera provocada por uno de los disparos intimidatorios que efectuaron los agentes cuando trataba de huir de la Comisaría de Castellón, ya que, aunque una de las balas impactó en el detenido, ésta le alcanzó de rebote, por lo que sólo le produjo «una herida leve en el costado», afirmó.