Agentes de la Policía Local de Eivissa, en una imagen de archivo, durante un servicio nocturno.

«El verano parece haberse alargado». Así definió ayer un portavoz de la Policía Local de Eivissa la situación constatada por este cuerpo en este municipio después de que cada fin de semana, lejos de decrecer los servicios por desórdenes nocturnos en la calle y en domicilios, éstos sean continuos. «Las estadísticas dirán si son más o menos que en otras épocas pero lo que está claro es que la falta de civismo es creciente», señalaron las mismas fuentes. La mayor parte de las quejas se producen por fiestas que se organizan en pisos a altas horas de la noche, muchas de ellas resueltas con peleas.

No hay zona concreta de la ciudad que sea más conflictiva que otra. El problema se está detectando en todo el casco urbano con idéntica responsabilidad tanto para residentes españoles como grupos de inmigrantes. Es más, la experiencia policial está demostrando que éstos últimos generalmente atienden a razones tras una primera intervención policial. «Son los españoles los que dicen que sí a todo y luego hemos tenido que volver dos y tres veces hasta terminar denunciándoles», aclaró este mismo portavoz policial.

La Policía Local de Eivissa volvió en la madrugada a atender numerosas llamadas por hechos similares que se repiten noche tras noche, especialmente al llegar el fin de semana.

Los vecindarios afectados, sin embargo, no sólo son los propietarios de viviendas que se ven molestados por otras personas que conviven con ellos en el mismo inmueble que ellos. Los desórdenes en la propia calle también están siendo motivo de quejas y de actuaciones.

En este sentido, la Policía Local de Eivissa participó en la madrugada de ayer en al menos dos evacuaciones en ambulancia a Can Misses, una por un joven, presumiblemente un menor, que sufrió un coma en Can Misses y otra persona diabética que, al parecer, se extralimitó con el alcohol. Además, fue necesario enviar a una dotación al Pasaje Olimpo tras un enfrentamiento entre jóvenes.

Por otra parte, también se pidió calma en distintos domicilios, entre ellos en el que residían varios inmigrantes uno de los cuales dijo estar celebrando su cumpleaños.

Los agentes que atienden las denuncias acuden a los domicilios que están causando molestias. Primero advierten a sus propietarios y si las quejas se repiten se interpone una denuncia administrativa ante el Ayuntamiento, entidad que finalmente decide si se multa al infractor así como la cuantía de la sanción que se impone por los desórdenes ocasionados.