El poderoso huracán Wilma se estacionó ayer sobre las paradisíacas
playas del Caribe mexicano con intensos vientos y lluvias,
amenazando con provocar graves daños así como pérdida de vidas en
la península de Yucatán. Ayer se contabilizaron al menos dos
muertos.
Sin embargo, el huracán va poco a poco perdiendo fuerza y
alcanzó ayer el grado 3-según la escala en la escala Saffir-Simpson
cuyo nivel máximo es 5- manteniendo vientos de 200 kilómetros por
horas. Otros efectos del fenómeno han sido la reducción del
diámetro de su ojo, de 55 a 35 kilómetros, y del fenómeno
meteorológico completo, que ha pasado a 750 kilómetros frente a los
800 que presentaba ayer.
Diversas fuertes diplomáticas informaron ayer que, en principio,
no había víctimas entre los 3.700 turistas españoles que se están
viendo afectados, algunos de ellos procedentes de diversos destino
de Balears, así como entre el personal laboral de cadenas de
hoteles relacionados con el archipiélago.
«La noche ha sido muy dura. Empezó lo duro a las cuatro de la
tarde y estuvo hasta las cinco de la madrugada de la mañana»,
detalló el consejero de la embajada española en México, Eduardo
López Busquets, López Busquets.
El diplomático, como los demás huéspedes de otros hoteles, pasó
la noche en los pisos superiores para resguardarse del agua y de la
caída de cristales rotos que hubo como consecuencia del viento, en
las habitaciones. Admitió que «la gente está resignada y
cooperando», sin casos de histeria ni nada, con «sensación de
tranquilidad» entre los alojados.
La mayoría de estas personas se mantiene alojada en hoteles de
Playa del Carmen, en la zona conocida como Riviera Maya, al sur de
Cancún, ciudad en la que las principales cadenas turísticas
españolas tienen sus complejos. Las mismas fuentes destacaron la
«tranquilidad» que predomina en la estancia de los turistas
mientras aguardan el paso del temporal, según informó el Ministerio
de Asuntos Exteriores.
El panorama, sin embargo, es desolador en muchos lugares. El
viento arrancó árboles, postes del tendido eléctrico, y volcado
vehículos en diversos puntos de la ciudad. Asimismo un buena parte
de las zonas afectadas quedaron incomunicadas y ayer mismo se
trabajaba para intentar restablecer conexiones mínimas.
La zona más afectada, la costa entre los balnearios de Cancún y
Playa del Carmen, así como la cercana isla de Cozumel, continuaban
al cierre de esta edición sin servicio eléctrico ni agua, mientras
las calles estaba inundadas bajo medio metro de agua y sin que
hubiera parado la lluvia.
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