El mundo, con la eterna rival India en cabeza, respondió este lunes al llamado de socorro lanzado solemnemente por Pakistán para ayudarle a enfrentar las consecuencias del violento sismo del sábado, la mayor tragedia en la historia del país, según el presidente Pervez Musharraf. El gobierno de Nueva Delhi prometió este lunes enviar 25 toneladas de ayuda a Pakistán, que aceptó el socorro indio, el primero de este tipo en los últimos años entre ambos países, dos potencias nucleares que ya se enfrentaron en dos guerras por el territorio de Cachemira.

La Casa Blanca anunció también este lunes un primer envío de 50 millones de dólares al gobierno de Islamabad, uno de sus más cercanos aliados en la guerra contra el terrorismo, en respuesta a la demanda de Musharraf ante la muerte de entre 30.000 y 40.000 personas en el terremoto del sábado. Estados Unidos envió también dos aviones de transporte C-130 con frazadas, carpas y otros materiales de primeros auxilios.

Estaña, por su parte, tenía previsto ayer el envío un avión enviado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) con otro hospital de campaña y 44 personas, incluidos médicos, enfermeros y personal de logística, mientras hoy llegará un aparato «Ilushin-76» de transporte, con cuatro vehículos de ayuda. Horas atrás comenzaron a llegar los primeros euipos de bomberos españoles.

El baile de cifras por los muertos en el seísmo sigue aumentando y cada vez son menos las esperanzas para hallar vivos entre los escombros, aunque continuamente están sucediendo rescates de supervivientes en las zonas más devastadas. La gran tragedia, sin embargo, es llevar ayuda a las poblaciones que han quedado aisladas al perderse todas las comunicaciones. Por eso se consdidera urgente el envío de helicópteros que piuedan acceder a las zonas más damnificadas.

Entre los países musulmanes, Kuwait fue el único que respondió al llamado de Pakistán de una forma consistente, anunciando el envío de una ayuda de 100 millones de dólares. En cambio, los demás estados árabes, y especialmente los del Golfo Pérsico pese a su proximidad geográfica y religiosa con Pakistán, se mostraron hasta ahora más bien «tacaños«.