El 59 por ciento de los accidentes mortales registrados este año en las Pitiüses tuvieron lugar durante la noche, el 55 por cierto de las víctimas era menor de 30 años y la mitad de los fallecidos no llevaba puesto el cinturón de seguridad o no usaba el casco preceptivo en los motoristas. A todo ello se añade que en un 18 por ciento se pudo probar la influencia del alcohol entre los implicados y que una buena parte de los siniestros fatales se produjeron porque hubo algún conductor que no respetó señales o normas de preferencia de paso.

Estas son las cifras oficiales que arrojan las estadísticas de las carreteras de las Pitiüses en un año con 22 muertos (uno más fallecido 24 horas después de producirse el accidente) y que han hecho que el propio director insular, José Manuel Bar, señalara ayer como «prioritario» reducir la «extraordinaria siniestralidad» que se estaba alcanzado durante 2005. También llamó la atención sobre que, de los 22 fallecidos, ocho iban en moto, lo que supone un 36% por ciento del total. La labor de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico ha sido incesante durante estos meses. Hasta septiembre se han interpuesto 6.549 denuncias. 523 por alcoholemias positivas (5,12 por ciento). 10.222 conductores dieron negativo. Sin embargo, las estadísticas también suponen un aumento de casi un punto con respecto a 2004. Otros 692 fueron denunciados por velocidad excesiva. Los agentes de Tráfico, en su labor más gratificante, incrementaron en un diez por ciento sus asistencias y auxilios en carretera.

Las cifras de las Pitiüses rebasan en todo a las medias de Balears. Sólo se invierten cuando se trata la causa final del siniestro. En las Pitiüses el 40 por ciento de los incidentes se debieron a colisiones y el 60 por ciento a salidas de vía. Las mismas cifras, pero al revés, en el conjunto de todas las Islas.

Bar hizo esta declaración de intenciones poco antes de dar a conocer estos datos en una rueda de prensa en la que también estuvieron la jefa local de Tráfico, Ana García, y el responsable del destacamento de la Guardia Civil, el sargento Jesús Guaridos. Las Pitiüses son las únicas islas que aumentan su mortandad. La cuarta parte de los 83 fallecidos en Balears corresponden a casos habidos en Eivissa y Formentera. Bar destacó que se estaban analizando los múltiples factores que habían incidido en los accidentes para tratar de encontrar soluciones. Sin embargo, la estadística se ha topado con situaciones tales como la «enorme dispersión de puntos» donde se han producido los accidentes más graves que ha habido este año. Al respecto, los responsables de Tráfico contabilizaron hasta trece puntos negros en la red viaria de las Pitiüses durante 2004 (siete de ellos en la carretera de Sant Antoni). En este año, preocupa especialmente que se hayan sucedido los siniestros en diversos lugares. Tanto Bar como García hicieron hincapié en extremar las precauciones en las incorporaciones a las carreteras, «especialmente en una isla llena de caminos y accesos».

El récord de colisiones, sin embargo, lo tiene el kilómetro 12,7 de la carretera de Sant Antoni, en un tramo de 1.300 metros comprendido entre el cruce de Benimussa y la nueva rotonda de acceso a la villa de Portmany. Desde 2001 a 2004, se han registrado en este lugar hasta 37 percances de gravedad.

Tráfico inicia el día 17 una campaña en las Pitiüses para conciencia sobre el uso del cinturón, algo igual de importante en todas las carreteras de territorio nacional El directo insular, sin embargo, señal ó que las Pitiüses tiene particularidades especiales a la hora de la analizar las causas de su alta siniestralidad. Apuntó cinco: los hábitos al ocio nocturno, el incremento del parque automovilístico (102.000 vehículos para 115.000 habitantes), el aumento de población tras las fiestas de Semana Santa, así como la escasez de transporte público y su uso conveniente y, por último, la necesidad de mejorar la red viaria, especialmente en sus carreteras secundarias. Ayer se anunció la creación de una comisión específica para los problemas de las Pitiüses.