Uno de los cinco tripulantes del «Quiet Waters», el pesquero
apresado en la noche del pasado lunes al suroeste de Formentera con
un alijo de 3.600 kilos de hachís en sus bodegas, quedó ayer en
libertad provisional. La decisión judicial se adoptó al después de
que se considerara muy probable que dicha persona, uno de los
detenidos de nacionalidad británica, se viera accidentalmente a
bordo de un barco en el que también iba su hermano. Incluso, fue
sorprendido durante el abordaje de la embarcación encerrado en un
camarote.
Todas las declaraciones recogidas durante la investigación
confirman que el marinero británico era el único del barco que
supuestamente no jugaba ningún papel ni en la travesía ni en los
preparativos previos a la salida del «Quiet Waters» del puerto de
Alicante antes de arribar a las costas de Marruecos. Es más, este
hombre, una persona de mediana edad, al parecer también natural de
Gales, se enojó gravemente -según se desprende de las declaraciones
de unos y otros- cuando vio que, en alta mar, se cargaba hachís en
el pesquero, momento en que decidió encerrarse y no tener contacto
con nadie de abordo. Según su testimonio, decidió a ir en el «Quiet
Waters» porque su hermano le convenció para ayudarle a superar su
divorcio.
Los otros cuatro detenidos, sobre los que ayer mismo se
terminaron las diligencias tras su puesta disposición judicial,
quedaron presos. El tripulante magrebí, supuesto 'garante' de que
se hiciera la descarga en delta del Ebro. afirmó que subió al barco
a escondidas como polizonte después de que un amigo le dijera que
el barco iba a España. Varios acusados declararon que desconocían
su presencia.
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