Un joven italiano aceptó ayer una condena de dos años de prisión después de que reconociera que el 29 de septiembre de 2003 estaba vendiendo drogas en una discoteca de la carretera de ses Salines. El sospechoso, que llevaba encima 44 éxtasis, cometió el error de ofrecer droga a un agente de la Guardia Civil que en esos momentos no iba de uniforme. El acusado, que alegó drogodependencia, se enfrentaba en un principio a cuatro años y medio de prisión.

Éste fue uno de los casos de drogas que vio ayer durante la mañana la Audiencia Provincial. El primero de los casos se suspendió. Éste se refería a un argentino que fue sorprendido por la policía en Talamanca con una riñonera que contenía 71 comprimidos de éxtasis, así como con un envoltorio de 10 gramos de cocaína. El fiscal pide una pena de cinco años.

Tampoco se pudo ver la vista contra un británico arrestado por la Policía Local de Sant Antoni en sa Punta d'es Molí. Éste presuntamente escondió en una caseta de pescadores 30 éxtasis y cinco gramos de cocaína. El tribunal, por contra, dejó visto para sentencia el caso de un francés apresado en el Bora-Bora con 86 pastillas de MDMA. El fiscal aceptó una pena de tres años pero la Audiencia debe decidir si se aceptan atenuantes de toxicomanía.