Bares con distintos ambientes, un tienda de herboristería, una
boutique de moda, un negocio inmobiliario y hasta un pequeño
complejo equipado con minigolf donde los mejores 'golpes' se hacían
gracias al hachís. Son algunos de los lugares de la isla que
funcionaban como establecimientos públicos con una actividad normal
hasta que las fuerzas policiales pusieron al descubierto que sólo
era una tapadera de personas que se dedicaban a traficar con
drogas.
La ley recoge que traficar en locales públicos es un agravante
y, si se demuestra la existencia de esta actividad,
independientemente de las consideraciones penales que de ello se
pueden derivar, ello puede conllevar además el cierre obligado del
establecimiento.
En los últimos años varios han sido los negocios que ha estado
bajo algo más que sospecha.Y no todos son bares, establecimientos
donde se suele incurrir más en este tipo de delitos. El último ha
sido un comercio especializado en animales puesto al descubierto en
una operación donde fue arrestado el dueño de este local y un ex
vigilante de seguridad, ambos, como ya se informó días atrás,
supuestamente servían a sus clientes y luego los amenazaban de
muerte si no pagaban sus deudas. Ambos sospechosos ingresaron en
prisión y el juzgado investiga ahora qué papel juzgaba la tienda
mientras se espera el análisis de las distinta droga decomisada en
tres registros.
La policía descubrió en octubre de 2003, entre las cajas de
zapatos de un comercio de ropa de es Viver, 80 gramos de cocaína.
Fue la confirmación a una investigación que vino precedida con la
detención de uno de los socios de la tienda cuando, procedente de
Barcelona, regresaba a la isla con un kilo de cocaína. Esta tienda
ya no existe como tal.
Otro negocio que tuvo que cerrar sus puertas fue una céntrica
herboristería de la ciudad de Eivissa. Su dueño fue sorprendido
cuando recibía un paquete con jarras de vidrio que contenían casi
cinco kilos de cocaína.
El negocio de las inmobiliarias y de los discos tampoco funcionó
para dos alemanes que residían en Benirràs. En 2002, se supo que
supuestamente esperaban un envió de 160.000 éxtasis. En su
domicilio, sin embargo sólo se hallaron 500 pastillas. Ambos fueron
condenados a penas de cinco años de prisión. La Guardia Civil
también ha puesto fin a actividades de tráfico que se realizaba de
las formas más variopintas. Hace cerca de dos años, agentes
antidroga descubrieron que empleados de un bar de Santa Eulària
llegaron a utilizar motos acuáticas para llevar las dosis
demandadas por clientes al pie de la playa.
Más recientemente, el año pasado, los responsables de un puesto
del mercadillo de Sant Jordi intentaron soliviantar al público que
había a su alrededor cuando agentes del instituto armado pusieron
al descubierto que, más que antigüedades, lo que de verdad se
vendía era marihuana.
Un 'histórico' del narcotráfico de Eivissa. Julián B.B., de 53
años y persona que ha sido condenado varias veces por delitos
contra la salud pública, fue de nuevo detenido esta semana. por
asuntos de droga. El sospechoso fue arrestado tras un control
llevado a cabo por la Guardia Civil en la carretera. Las sospechas
vinieron seguidas de un registro domiciliario practicado por
agentes de la EDOA. A Julián B.B. se le intervinieron casi 23
gramos de cocaína, una cantidad testimonial con respecto a los 300
gramos de esta sustancia y los cinco kilos de hachís que por dos
veces le intervino la policía respectivamente en 1995 y en 1998. La
primera de estas detenciones tuvo lugar al investigarse un bar de
Platja d'en Bossa y la segunda tras vigilarse lo que ocurría en una
casa de campo de Can Misses. Julián B.B. fue condenado por ello en
dos ocasiones por la Audiencia Provincial a condenas de cuatro años
de cárcel.
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