La absolución del acusado tuvo lugar después de que la propia directora del Centro de Menores definiera a los dos denunciantes, que entonces residían en esta institución, como personas muy problemáticas e, indirectamente, capaces de falsear la realidad. Otro informe técnico avaló también que el perfil del hombre que tuvo que sentarse ayer en el banquillo, que se enfrentaba en un principio a tres años de prisión, no correspondía con un pedófilo y, por el contrario, sí tenía rasgos característicos de una persona dotada de especial ingenuidad.

Los hechos que enjuiciaba ayer la responsable del juzgado de lo Penal número 1, Clara Ramírez, tuvieron lugar en mayo de 2003, cuando dos menores aseguraron que había una persona de ses Figueretes, empleada en un establecimiento de hostelería que ellos visitaban, que les amenazaba y les daba dinero por favores sexuales.

La declaración de ambos chicos, formalizada ante el juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, motivó el procesamiento del sospechoso.

Los dos adolescentes narraron que el imputado les entregaba distintas cantidades tras tener con ellos distintos encuentros, algunos ocurridos -siempre según un testimonio que la juez resolvió ayer como no probado- en paseos en un velomar por la playa de ses Figueretes y en s'Illa de ses Rates.