La agresión tuvo lugar en un balcón de estos apartamentos.Foto: G. G. L.

J.J.M./J.M.A.
Shaun James B., el joven de 20 años natural de la localidad inglesa de Gateshead que desde anteanoche se encuentra en la prisión de Eivissa como sospechoso de ser el responsable de las graves heridas que sufrió el pasado domingo en Sant Antoni un compatriota suyo que fue atacado mientras dormía, declaró en su comparecencia en el juzgado que agredió a su víctima, T.N., para «defenderse» de las humillaciones que estaba sufriendo.

El acusado, sin embargo, negó que hubiera tenido intención de acabar con la vida del turista que dormía en un balcón de los apartamentos «Costa Mar» de es Caló des Moro a pocos metros de su habitación. El juzgado, sin embargo, cuenta con la declaración de varios testigos que aseguraron haber escuchado cómo éste se levantaba de la cama, sobre las diez de la mañana, y comenzaba a gritar que «tenía que matar» a T.N. para darle un escarmiento porque le había estropeado las vacaciones. Luego, todos ellos escucharon seis golpes secos que se cree se debieron a seis agresiones que realizó el acusado con una botella sobre el cráneo de la víctima. Esta se halla estado muy grave en la Policlínica del Rosario. Los médicos tenían previsto ayer retirar la sedación al paciente, al que intervinieron de un edema en la cabeza, para que pudiera salir del estado de coma en que se hallaba.

El origen del ataque parece estar en una supuesta última vejación que sufrió el sospechoso cuando horas antes él y su víctima se encontraban en un bar o en una discoteca. Al parecer,T.N., de 26 años, propinó un puñetazo o un mero golpe a Shaun James B. tras decirle algo, dejándole en ridículo delante de los otros turistas que los rodeaban.

Shaun James B., como ya se informó, fue detenido a última hora de la tarde del pasado lunes por la Guardia Civil cuando intentaba abandonar la isla seis días antes de que concluyeran sus vacaciones.

El caso queda pendiente primero de lo que ocurra con T.N. y después de una instrucción judicial que, en el caso más grave, podría arrojar acusaciones fiscales por asesinato en grado de tentativa si se corroboran los indicios de que hubo ensañamiento en la acción y de que el sospechoso se levantó de la cama con el ánimo preconcebido de matar.