J.J.M./J.J.
Una investigación conjunta de la Guardia Civil y del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) ha permitido intervenir en Eivissa el mayor decomiso en la isla hasta la fecha de ketamina, un potente anestésico utilizado en veterinaria y que entre los consumidores de drogas es tomado al considerarse que con ella se vive una experiencia próxima a la muerte.

El servicio se ha resuelto por el momento con la aprehensión de cuatro kilos (aunque en esta ocasión la ketamina estaba presentada en forma líquida) de esta sustancia y la detención de dos personas, una mujer de nacionalidad británica, posiblemente una inglesa de 35 años, y un australiano de 25. Este último viajaba con pasaporte francés.

La ketamina fue requisada tras intervenirse con orden judicial en un envío controlado procedente de India. El paquete, al parecer, pesaba cerca de quince kilos por lo que en un principio se pensaba que era mayor la cantidad de ketamina que había sido remitida. Conjuntamente con los cuatro litros, en la operación, en la que ayer tarde al menos se habían practicado dos registros domiciliarios, se han decomisado 10.000 euros, dos balanzas, cerca de 50 gramos de cocaína, 800 gramos de marihuana y cien pastillas de una sustancia que se cree éxtasis.

Los traficantes utilizaron para realizar el envío una empresa de mensajería y se baraja la posibilidad de que se utilizara este país como escala para burlar posibles controles aprovechando que en su tránsito pudiera haber una vigilancia menor. Fuentes relacionadas con el caso señalaron ayer que tampoco se descartaba que los sospechosos pretendieran utilizar la ketamina para mezclarla con cocaína y lograr, con ella, una sustancia conocida como «Calvin Klein», que desde el año pasado está de moda entre los consumidores de drogas de diseño y de drogas más tradicionales. La ketamina es una sustancia que sólo es considerada judicialmente destinada al narcotráfico cuando es aprehendida en grandes cantidades o cuando aparece en alijos donde se decomisan otras sustancias estupefacientes. El primer «alijo» importante requisado en Eivissa se remonta a 1999 y sólo fue de 15 gramos. Fue entonces la mayor cantidad que se había decomisado en España y se creía que era una sustancia destinada a sustituir al éxtasis.