El juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa y la Guardia Civil no
han agotado ni mucho menos la investigación por el asesinato en
Sant Josep del empresario y supuesto narcotraficante José Miguel
López Calzado, asesinado por pistoleros encapuchados en Sant Josep
en la noche del pasado siete de agosto.
La investigación, después del frenazo que supuso la no
identificación de ninguno de los sospechosos por testigos
protegidos durante las ruedas de reconocimiento que se efectuaron
semanas atrás, se va a centrar ahora en realizar distintas
comprobaciones sobre llamadas telefónicas que se hicieron con
teléfono móviles minutos antes del crimen. Estas pesquisas, que
corren a cargo de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y
de su unidad de Policía Judicial en Eivissa, van a correr paralelas
a las comparecencias que se han previsto en el juzgado con nuevos
testigos y con otros en los que se ha considerado conveniente
ampliar su declaración.
En este sentido, se van a hacer comprobaciones en el repetidor
de Sant Josep para establecer si llamadas que se hicieron desde dos
teléfonos móviles pertenecientes a los sospechosos precisaban
exclusivamente tener su cobertura desde el mismo pueblo o bien se
pudieron hacer en la casa de Cova Santa donde reconocieron haberse
alojado. Al respecto, los asesinos fueron vistos por testigos
haciendo llamadas momentos antes del tiroteo.
El instituto armado, a su vez, mantiene abierta la operación
para localizar a más personas que pudieran estar implicadas en el
asesinato de López Calzado, suceso por el que ya se ha apresado a
nueve personas. Como se recordará, cuatro de ellos fueron
vinculados directamente con el asesinato y, el resto, bien con un
línea de apoyo para sacar el coche en el que huyeron los
pistoleros, o bien con una trama de extorsión que hizo extensivas
las amenazas a su familia que supuestamente sufrió la víctima antes
de morir. Durante este tiempo la investigación ha barajado como
hipótesis más probable que José Miguel López perdiera la vida tras
negarse a pagar una «multa» de hasta 300.000 euros que le impuso el
cabecilla de un grupo mafioso por mantener una relación sentimental
con su ex novia.
Testimonios
Las pesquisas policiales, asimismo, esperan la declaración de un
amigo de la víctima, que cenaba con López Calzado en la terraza del
restaurante Siena en la noche de 7 de agosto y que, como él fue
detenido en su día por un alijo de hachís en Cádiz. También debe
declarar una de las dos personas que llegaron a actuar, según ha
trascendido ahora, como guardaespaldas del fallecido. Al parecer,
dicha persona estaba haciendo un encargo -una compra de billetes-
cuando se perpetró el homicidio. La Guardia Civil, durante este
intervalo, tampoco ha abandonado otras pistas que se siguen para
localizar las dos pistolas que se usaron en el crimen así como el
paradero del coche en el que se cree huyeron los asesinos.
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