Los fallecidos fueron descubiertos sobre las ocho de la mañana
en un adosado de la calle Tortosa, en el que vivía la mujer y su
hermana, que fue quien localizó los dos cuerpos en el comedor de la
vivienda, que se encontró con la puerta abierta y sin signos de
haber sido forzada.
Las primeras hipótesis, según informó el alcalde de esta
localidad, Manuel Anglés, llevan a pensar que el móvil sería «un
ajuste de cuentas» hacia la chica, mientras que el joven, al
parecer de la vecina población de Vinaroz, «estaba en el lugar y en
el momento que no era el indicado».
El alcalde explicó que según las primeras investigaciones, el
fallecido se ofreció a llevar a la mujer, de unos 20 años y origen
cubano, cuando ésta y su hermana tuvieron un accidente con el coche
en el que viajaban por la carretera que une las poblaciones de
Vinaroz y Cálig.
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