Los políticos, con Palau al frente, ayer, en la prisión. Reportaje Gráfico: GERMÁN G. LAMA

El presidente del Consell Insular, Pere Palau, acompañado de sus conselleras de Cultura, Carreteras y Participación Ciudadana, Carolina Torres, Stella Matutes y Carmen Domínguez, respectivamente, realizó ayer una visita al Centro Penitenciario de Eivissa, donde el director de la prisión, Juan Carlos Carrillo, le brindó un recorrido por una parte de las instalaciones junto con los medios de comunicación de la isla.

«Desde el Consell Insular tenemos competencias para colaborar y mejorar [el Centro Penitenciario de la isla]», dijo Palau tras la visita. El Consell Insular tiene intención de colaborar con la prisión con monitores deportivos, actividades artesanales y libros para la biblioteca, todo ello encaminado a «ayudar en la reinserción» de los internos. «Esperemos que fructifique», deseó el presidente de la isla.

Por su parte, una vez finalizado el breve recorrido el director del centro dijo: «Esto no es una institución cerrada, sino un reflejo de la sociedad». Carrillo también celebró que el Centro Penitenciario «está mejor que nunca». Los políticos visitaron también la biblioteca del centro, donde ya está archivado el centenar de libros que recientemente donó Ultima Hora Ibiza y Formentera, y donde está desarrollando un trabajo encaminado a la desintoxicación la organización Proyecto Hombre. Al parecer, en la prisión de la isla se están realizando numerosas mejoras, entre las que destaca como más importante y urgente la reconversión del Módulo V en ocho celdas individuales. Sólo quedan en España tres centros con celdas colectivas y una vez que finalizasen las obras en el de Eivissa, en un plazo de unos dos meses, ya sólo serán dos: Lanzarote y Teruel. Otra de las asignaturas pendientes del centro son las instalaciones deportivas, casi inexistentes, ya que sólo cuentan con una vieja y rudimentaria canasta de baloncesto ubicada en el patio central. En la prisión de Eivissa hay actualmente 108 presos, ocho mujeres entre ellos, que duermen en su mayor parte en celdas para dos personas. La mayor parte están encerrados por delitos relacionados con las drogas y los robos, aunque también hay un 10% del total que están por presuntos malos tratos. Ninguno tiene condenas largas.