El comité internacional de expertos que certifica la identidad
de los cuerpos de la víctimas tenía previsto reunirse hoy para
confirmar los datos de que se disponían. Vila, natural de
Barcelona, fue visto por última vez con vida el pasado 26 de
diciembre, poco antes de que el «tsunami» (ola gigante) arrasara el
complejo hotelero de la playa de Khao Lak, de la provincia de Phang
Nga, y a unos 130 kilómetros al norte de la ciudad de Phuket, en el
que se alojaba.
La esposa de Vila, que resultó herida, y su hija, quien estuvo
desaparecida durante varios días, sobrevivieron porque minutos
antes de la catástrofe decidieron ir a un supermercado próximo a
efectuar unas compras para preparar el desayuno.
Durante los días que siguieron a la catástrofe, familiares de
Manel Vila desplazados a Tailandia llevaron a cabo un intensa
búsqueda del desaparecido en hospitales de la zona y en Bangkok, la
capital tailandesa, a donde fueron trasladados algunos de los
heridos más graves. Se da la circunstancia de que ayer se
cumplieron cinco meses desde la fatídica fecha del 26 de diciembre,
en la que el maremoto acabó con la vida de 5.395 personas e hizo
desaparecer a otras 2.822 en Tailandia, de acuerdo a los datos
oficiales.
El pasado mes de febrero, los especialistas identificaron el
cuerpo de Manuel Perdiguero Ricci, el otro español que fue dado
oficialmente por desaparecido. Cuando las olas alcanzaron la costa
tailandesa, Perdiguero Ricci, de 35 años, pasaba también unos días
de vacaciones con su novia en la playa de Khao Lak, destino
turístico que atraía particularmente a parejas de recién casados y
a familias extranjeras.
En la provincia de Phang Nga, en la que son aún visibles los
destrozos causados por el maremoto, fueron dadas por desaparecidas
1.655 personas, y los servicios de rescate encontraron durante su
búsqueda unos 4.400 cadáveres entre los escombros de los edificios
derruidos. Hasta el momento, los expertos del centro que coordina
Interpol han conseguido identificar 1.405 cuerpos de entre los casi
4.000 que fueron depositados en los tanatorios temporales montados
en la isla de Phuket después de la catástrofe. Según los datos
facilitados por el centro, en torno al 95 por ciento de las
identificaciones realizadas hasta la fecha se han llevado a cabo
mediante el análisis de piezas dentales y exámenes minuciosos de
las huellas dactilares de las víctimas.
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