La Policía Local retiró al agente de Comisaría su coche por ir bebido y no presentar la documentación del vehículo.

Enrique G.G., el agente de Comisaría que en abril fue condenado a dos años de cárcel por un delito de atentado tras herir en mayo de 2003 a varios policías locales de Eivissa en un altercado de tráfico ocurrido cuando éste iba supuestamente bebido, volvió ayer a sentarse en el banquillo para enfrentarse de nuevo a penas de cárcel. El fiscal pide ocho meses de prisión por una presunta desobediencia a agentes de la autoridad, así como una multa y la privación de carnet de conducir durante tres años por otro delito contra la seguridad el tráfico que se le imputa.

El nuevo proceso se inició después de que Enrique G.G. fuera detenido en la calle Aragón en la madrugada del pasado 21 de octubre después de que, supuestamente, se hubiera dado a la fugar tras arrollar con su coche a un agente de la Policía Local que se dirigía en su moto particular al retén municipal. Según el atestado, éste se negó a someterse a una etilometría pero luego una extracción de sangre dio positiva. El policía nacional, como hizo en el juicio anterior, se presentó como cabeza de turco de supuestas rencillas habidas entre Comisaría y la Policía Local de Eivissa y aseguró que ni siquiera había sufrido esa noche un accidente. Es más, su defensa argumentó que su cliente fue apresado por error y que luego vino «todo un montaje de laboratorio» para incriminarle.

El acusado aseguró en el juicio que acaba de aparcar en la calle Aragón tras una noche de copas, que concluyó en un bar de Marina Botafoch y con una entrevista con un amigo en ses Figueretes, cuando «de repente», se le echaron encima varios agentes municipales. Además, afirmó que nunca se negó a someterse a una prueba de etilometría y que pidió en seguida asistencia médica para evitar equívocos y «manipulaciones». La analítica en sangre recogió una tasa de 2,64, equivalente a un nivel de 1,32 en la prueba de aire expirado.