El sospechoso fue apresado por la Guardia Civil después de que
supuestamente intentara marcharse del lugar del accidente en la
moto de otra persona que lo recogió haciendo autostop. Éste, sin
embargo, aseguró que no iba en el coche causante del siniestro y
dijo que su presencia en el lugar fue circunstancial.
Para entonces la víctima se hallaba muy malherida sobre el
asfalto de la carretera de Sant Antoni. Otro conductor, testigo del
accidente, vio lo que ocurrió y siguió a dicha persona hasta que
llegaron los agentes, le dieron el alto y comprobaron que iba
bebido. Al menos una persona reconoció durante la fase de
instrucción la presencia del sospechoso en el lugar de la
colisión.
El suceso ocurrió a principios el 7 de mayo de 2001 y desde
entonces el afectado ha sufrido múltiples operaciones en un brazo,
restándole presumiblemente minusvalías.
La acusación particular pide, además de indemnizaciones, una
pena de dos años de prisión para el acusado al considerarle
responsable de un delito de imprudencia grave con resultado de
lesiones.
El fiscal, por su parte, reclama un año de cárcel para el
sospechoso y otros tres de retirada del permiso para conducir. El
ministerio público, en su escrito de acusación provisional, también
recoge que éste pudo incurrir en un presunto delito de hurto. La
moto en la que la víctima circulaba a primera hora de la mañana fue
embestida por un coche que fue denunciado por sustracción. Dicho
vehículo había sido dejado por su propietario en custodia a otra
persona.
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