La responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara
Ramírez, ha decidido que el residente holandés que se enfrentaba a
cuatro años de prisión por supuestamente apalear en marzo del año
pasado a un médico de la unidad básica de salud de Sant Josep
cometió un delito de atentado contra un funcionario público y otro
de lesiones. En la vista, el imputado pidió perdón por lo sucedido
y declaró haber perdido los nervios porque el médico le estaba
denegando una medicación que necesitaba a causa de una enfermedad
crónica que le causaba fuertes cefaleas. En este sentido, el
informe del forense durante el proceso dejó bien claro que los
dolores que podía padecer el paciente no le mermaban su capacidad
de saber lo que estaba haciendo.
La magistrada ha establecido que por el primero de los delitos
el acusado debe ser condenado a un año y tres meses de cárcel, pena
a la que hay que añadir otros nueve meses que se le imponen por las
lesiones que sufrió el facultativo. Dicha persona recibió un
puñetazo en un ojo que le causó un desprendimiento de retina.
En la sentencia, en la que también se le atribuyen al acusado la
comisión de sendas faltas, se recoge que el presunto agresor deberá
pagar a la víctima una cifra cercana a los 3.000 euros. Con ello
responde de las heridas sufridas por el médico, los gastos
sanitarios generados por su curación y el importe de las gafas que
éste destrozó con su ataque. Asimismo, se estima que el acusado
deberá hacer frente a distintas multas por las faltas a las que
también fue condenado a abonar 650 euros para causar los daños
ocasionados durante la agresión al mobiliario del consultorio,
propiedad municipal.
El paciente que causó este altercado era conocido de la víctima
desde hacía seis años. Llegaba a la consulta sin cita previa y era
atendido en un acto de deferencia por la supuesta amistad que tenía
con una enfermera del centro de Sant Josep. El enfermo siempre
aseguraba que era tratado de su dolencia, un tipo de cefaleas
crónicas, por otros especialistas que le asistían en su país natal.
El facultativo que ha sido víctima de esta agresión reconoció que
hasta hace poco le facilitaba las recetas de los medicamentos. Sin
embargo,tanto él como una enfermera sopesaron la posibilidad de que
estuviera abusando de la medicación. Por ello se le citó un día con
fecha fija. No hubo opción. Nada más entrar el paciente en el
despacho, atacó al médico.
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