Los bomberos trabajaron para apuntalar el forjado. Fotos: GERMÁN G. LAMA

«Lo más importante es que no ha pasado nada grave. Hacía rato que nos habíamos ido. Nos hemos enterado por un amigo que nos ha llamado por teléfono después de que su padre viera cómo estaba el edificio». Con tranquilidad relataba Àngel, uno de los afectados, lo ocurrido en el supermercado «María José y Hermanos», un inmueble de unos 450 metros cuadrados ubicado entre la Avenida Doctor Fleming y la calles des Vedranell. Su madre y él habían estado poco antes en el edificio realizando los preparativos necesarios para la apertura del local de cara a la nueva temporada turística.

Se da la circunstancia de que durante la tarde anterior unos niños fueron vistos por una vecina correteando por la azotea del inmueble, que ocupa una sola planta. «No sabíamos nada pero esto lógicamente no debe haber influido. Menos mal que a ellos tampoco les ha pasado nada», añadió Àngel quien, junto con su madre, miraban con incertidumbre cómo los bomberos intervenían en el edificio.