El responsable del juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa,
Santiago Pinsach, ordenó ayer el ingreso en prisión provisional y
sin fianza de un empleado de banca acusado de una supuesta
apropiación indebida que supera el millón de euros y del que
presuntamente se vio afectada una sucursal de Santa Eulària del
Banco de Crédito Balear. El sospechoso reconoció en el juzgado
haberse favorecido ilegalmente de distintas cantidades de dinero
pero consideró desmedido el montante total cuya desaparición se le
imputa, que en total se estima en lago mas de 1.050.000 euros.
El sospechoso, sin embargo, tampoco aportó datos claros que
pudieran valer para conocer el destino final de las cantidades
presumiblemente sustraídas.
La decisión del juez Pinsach se adoptó ayer dentro del último
paso que ha dado la investigación judicial para aclarar el paradero
del dinero. Las primeras pesquisas se iniciaron ahora hace cerca de
cinco meses después de que responsables de la entidad presentaran
una querella criminal al considerar que había existido un desfalco
en sus cuentas. El caso, pese a la orden de prisión provisional
dictada por el juez Pinsach, no está ni mucho menos cerrado porque
en la causa figuran como imputadas varias personas que durante
estos días también están declarando en el juzgado. Todo ello dentro
de investigaciones que se están realizando para conocer si han
podido existir también delitos de alzamientos de bienes con las
ventas de las participaciones de los negocios que tenía el
sospechoso.
El propio acusado, un hombre que realizaba las tareas de
interventor y a cuyo cargo correspondía la responsabilidad de
controlar las operaciones que se efectuaban en el sistema de
telebanco, no llegó a ser en ningún momento detenido.
Él mismo se presentó en el juzgado cuando fue requerido para
prestar declaración. Dicha persona, un empleado considerado como
muy trabajador, no llegó supuestamente a realizar ninguna operación
indebida en cuentas de clientes sino que se apropió de sumas que
movía la sucursal y que estaban destinadas a cubrir el servicio de
los cajeros automáticos.
Según la información recogida por este periódico, las gestiones
que ha realizado por el momento el juzgado, al parecer, no se han
plasmado con indicios claros que sirvan para intuir adónde puede
haber ido destinado el dinero sustraído.
De hecho, al hombre que ayer ingresó en prisión no se le conoce
un alto tren de vida ni propiedades ni negocios que superen lo que
se considera normal.
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