El acusado de intentar matar a su cuñado en sa Penya dice que sólo se defendió

El otro sospechoso imputado en el caso afirma que lo único que hizo fue mediar para evitar un crimen

El suceso ocurrió el 7 de julio de 2004 en la plaza de sa Drassaneta.

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La Audiencia Provincial suspendió ayer la vista que se celebraba contra Ramón C. y Francisco N.M., más conocidos respectivamente como el «Cuco» y el «Coqui», acusado de intentar asesinar a un familiar en sa Penya el 7 de julio de 2004 después de que la víctima recibiera una peligrosa puñalada en el abdomen, para poder localizar en las próximas horas al perjudicado y su mujer.

Según los acusados, que se juegan diez años de cárcel, las malas relaciones entre todos se debían a que uno de ellos había mostrado su desagrado por los supuestos malos tratos que sufría su hermana.

La policías buscaba a los dos testigos ayer tarde por su incomparecencia en el juicio. El fiscal pidió desde el principio por este motivo el aplazamiento de la vista pero la presidenta del tribunal, la magistrada Margarita Beltrán, no consideró oportuno posponerla hasta que la Sala se reunió para debatir si se aceptaba o no como prueba las declaraciones ante la policía de la víctima y su pareja.

El juicio está previsto que continúe hoy. Por este motivo, Ramón C. N. y el otro imputado en el caso, Francisco N.M., el hombre que se reconoció autor de la puñalada que recibió su cuñado en la plaza de sa Drassaneta, pudieron prestar testimonio.

El primero negó, tal y como recoge el escrito de acusación, que tras amenazar de muerte a la víctima y ponerle una botella rota en el cuello, azuzara a su compinche, el «Coqui», para que asestara un navajazo al perjudicado después de que previamente ambos compinches hubieran planificado darle un escarmiento.

«Le invité a un café e intenté mediar para que solucionaran sus problemas con su cuñado sin que nadie llegara a las manos. Sacó un cinturón y empezó a golpearme. Luego me fui a casa. Al volver al bar Mariano me enteré de que le habían apuñalado», dijo Ramón C.N. «Al día siguiente me hospitalizaron por una paliza que me dio su familia», comentó.

El otro imputado, Francisco N.M., por su parte, se presentó ante el tribunal como una persona que había actuado en defensa propia. ««Si hubiera querido matarle, habría podido haberlo hecho», aseguró.

El «Coqui», que metió la navaja en el carricoche de su hija, manifestó que se topó de repente con su víctima, persona que le había dado una paliza el día antes y prometido «una puñalada».