El empresario fue conminado a que hiciera la entrega en la estación de autobuses de Eivissa.

La acusada fue sorprendida por la Guardia Civil cuando supuestamente recogía en la estación de autobuses de la Avenida Isidoro Macabich de Eivissa un paquete que contenía los 30.000 euros que había requerido a su víctima como 'impuesto revolucionario' exigido por la banda terrorista ETA.

El suceso ocurrió en septiembre de 2002 y la detención de la sospechosa, una mujer ahora de 31 años que no tenía domicilio fijo en la isla, tuvo lugar después de que agentes de la unidad de Policía Judicial descartaran su conexión con ETA y se tomaran las medidas necesarias para su apresamiento. Esta mujer tendrá que sentarse la próxima semana en un banquillo de un juzgado de lo Penal para enfrentarse a un año de prisión por su presunto delito de extorsión en grado de tentativa, según la calificación fiscal.

C. F. B., como ya informó en su día Ultima Hora Ibiza y Formentera, fue arrestada después de que supuestamente hubiera dejado en el buzón de un empresario de Eivissa, al parecer relacionado con el mundo inmobiliario, una carta en la que conminaba al titular de este domicilio a preparar 30.000 euros. Dicha carta la confeccionó empleando el nombre de ETA y con distintas técnicas para intentar ocultar su identidad. La remitente también dio unas primeras instrucciones que debían ser seguridad para hacer el pago.

Posteriormente llamó por teléfono el afectado y le dio fecha y hora para que depositara en los aseos de la estación de autobuses de Eivissa una bolsa o paquete con la cantidad que se le reclamaba. La sospechosa fue detenida a su salida de la estación cuando portaba el paquete que había sido dejado instantes antes.