La alerta de peligro de «tsunamis» (olas gigantes) que se dio en
un comienzo se levantó al mediodía, después de que pasara más de
una hora desde que se produjera el movimiento telúrico. La víctima
mortal es una mujer de 75 años que pereció en un hospital de
Fukuoka a causa de las heridas recibidas al ser aplastada por un
muro. Más de 400 personas han ingresado en los hospitales de Kyushu
con cortes por cristales, heridas producidas en caídas y
traumatismos sufridos al ser golpeados por algún objeto que se
desplomó por los fuertes movimientos telúricos. Poco después de que
se produjera el terremoto de 7 grados se registró una fuerte
réplica de 4,7 grados en la escala abierta de Richter y posteriores
temblores de mucha menor magnitud.
El epicentro del terremoto más intenso se localizó a unos diez
metros de profundidad frente a las costas de Fukuoka, en el Mar de
Japón, a 70 kilómetros de la localidad de Shimonoseki, en la
provincia de Yamaguchi. En la escala japonesa cerrada de siete
grados, el seísmo se situó en la zona baja del nivel seis, según el
Servicio Meteorológico Nacional. La escala japonesa mide la
intensidad de los movimientos de la superficie de la tierra,
mientras que la escala abierta de Richter registra la fuerza de los
terremotos. En un primer momento, el Servicio Meteorológico japonés
alertó sobre la posibilidad de que se produjeran «tsunamis» en la
costa occidental de Kyushu, por lo que varias localidades fueron
evacuadas en la línea de costa de las provincias afectadas. Este
seísmo causó también graves daños en algunos inmuebles y
carreteras, con grietas en el pavimento y tabiques, y techos
desplomados.
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