Rafaela Ruiz, una de las nueve mujeres de Eivissa.

Antonia Prats será operada hoy por una rotura de peroné en el hospital Marino de Cagliari, en Cerdeña, y se prevé que regrese Eivissa la próxima semana. Prats resultó herida durante el fuerte temporal que sufrieron las cerca de 800 personas que viajaban en el crucero «Grand Voyager», que quedó a merced del mar embravecido al fallar los motores a unas 65 millas al este de Menorca. La tripulación logró retomar el control del barco y puso rumbo a Cagliari. Seis españoles tuvieron que ser hospitalizados en la capital sarda, entre ellos dos ibicencas. Además de Prats,en el hospital Marino ingresó Carmen Serra, que sufrió un conato de infarto. Serra ya ha regresado, junto con otras dos ibicencas que viajaban con ella en el Grand Voyager», a Mallorca.

La familia de Antonia Prats explicó ayer que, una vez que tengan el parte médico, presentarán una denuncia contra el capitán del barco por una supuesta imprudencia temeraria. Las otras siete mujeres ibicencas que viajaban en el «Grand Voyager» también tienen intención de presentar una denuncia contra el capitán del crucero, ya que opinan que el barco nunca debería haber zarpado de Túnez a causa del mal tiempo pronosticado.

Ayer, Eulalia Tur, Rafaela Ruiz e Isabel Marí, tres de las ibicencas que iban el «Grand Voyager», hablaron de su dramática aventura. «Llegamos a pensar que el barco se iba a partir por la mitad», recordó Eulalia. «Pensamos que justo se iba a partir por la mitad, por la sala de juegos, donde en las columnas y las paredes salieron grietas». «También teníamos miedo de que el barco se incendiara, porque se veía humo y olía a quemado», señalaron.