La responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina
Rodríguez, ha absuelto de delito de maltrato familiar por el que
día atrás tuvo que sentarse un ex policía local de esta ciudad al
que su compañera denunció asegurando que tras una discusión éste le
había sacado una pistola para amenazarle si no le contaba todas las
relaciones que había tenido con otros hombres. La pareja llegó a ir
meses atrás a un programa de televisión de emisión nacional para
intentar resolver sus problemas.
El acusado, por contra, dijo en la vista que ni siquiera poseía
un arma de fuego y que, de todos modos, nunca llegó a proferir una
amenaza, aunque sí le pidió que hiciera las maletas y se fuera a un
hotel después de que ésta le reclamara dinero para comprar cosas a
un hijo suyo.
La jueza Rodríguez establece en su sentencia la dificultad de
conceder mayor o menor credibilidad a la versión de uno de otro,
especialmente por la «inestabilidad emociona, como se observa
claramente en ambos miembros de la pareja». La magistrada, sin
embargo, termina decantándose por entender que ofrece más
verosimilitud el testimonio aportado por el ex policía, que se
enfrentaba a una condena de diez meses de prisión. La jueza también
recoge la situación vejatoria que supuso para el hombre escuchar
infidelidades de su pareja en un programa de televisión.
Por otra parte, otros tres residentes de la isla fueron juzgados
ayer por delitos de maltrato. El caso más grave fue el de un
holandés, que se enfrenta a cinco años de prisión, después de que
supuestamente, en un último capítulos de violencia doméstica que
siguió a otros dos anteriores, llegara el pasado 8 de febrero a
visitar el domicio de su ex pareja en Santa Gertrudis y la
amenazara. Según la denunciante, el sospechoso, tras insultarle, le
aseguró que si ella regresaba a su país él la buscaría con la ayuda
de sus amigos para matarla. Seguidamente -siempre según la
denuncia-, éste cogió una chaqueta y la rajó con un cuchillo
afirmando que eso también lo iba a hacer con ella. Este suceso,
supuestamente, fue posterior a otro ocurrido el 28 de diciembre de
2003 cuando, sobre las dos de la madrugada, el acusado propinó un
puñetazo a la mujer no sin antes asegurarle que la iba a agarrar y
que luego se tirarían los dos por la ventana.
En otro caso, el acusado se reconoció autor de los hechos que se
le imputaban y aceptó una condena de 7 meses de prisión y el pago
de 1.140 euros entre indemnizaciones y multas. Un último imputado
se juega tres meses. Su pareja reconoció en el juicio que «agravó»
su denuncia por «rabia y celos». «Estoy cansado. Esta mujer me
acosa. Me da igual lo que me pueda pasar», dijo el acusado ayer en
la vista.
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