El Ayuntamiento tiene ya un proyecto para rehabilitar el caserón pero aún no se ha definido su uso. Foto: G.G.L.

Un indigente de 43 años en el hospital y otro de nacionalidad española detenido en Comisaría. Así acabó hace una semana el último capítulo de violencia que ha sufrido el caserón de sa Colomina, un edificio que, mientras espera su rehabilitación y sobre el que llegó a planificarse su condición de BIC, se ha convertido en un lugar de refugio para transeúntes y maleantes.

El Ayuntamiento de Eivissa, que ya cuenta con un proyecto para la remodelación de este histórico inmueble de la ciudad, espera que este mismo año se ponga solución a los problemas de marginalidad que se derivan de la ocupación del caserón. Todo ello siendo público que el edificio ha sido precintado en varias ocasiones, una medida que apenas ha tenido efecto.

La paliza que recibió el indigente árabe en la noche del pasado día 5 se suma a otros casos de reyertas y peleas que han concluido con heridos. Además, en muchas de estas disputas se han visto implicados menores. Uno de los más graves ocurrió el 5 de marzo del año pasado cuando una mujer brasileña apuñaló en el tórax a un hombre, perforándole un pulmón.

El suceso, como ya informó este periódico, concluyó con un juicio por lesiones. La agresora salió absuelta después de que no compareciera la víctima y, tras recogerse la declaración de unos y otros, la jueza del caso sopesara que no era descabellado que ésta hubiera actuado en defensa propia.