La Policía Local de Eivissa detuvo anteayer tarde a un hombre de mediana edad, que al parecer iba bebido y que se cree que a causa de circunstancias personales tenía sus facultades psíquicas afectadas, después de que supuestamente provocara la alarma entre varios conductores al sentirse amenazados por un individuo que iba armado. El sospechoso fue apresado por la Policía Local. Los agentes se incautaron de un revólver de cuatro pulgadas modelo Magnum y de siete cartuchos, cuatro de ellos detonados. El arma resultó ser de fogueo pero de gran realismo. El suceso ocurrió sobre las cuatro de la tarde entre las rotondas de ses Figueretes y la de Can Sifre. El retén de la Policía Local recibió a esa hora una llamada que alertaba de la existencia de un hombre que intimidaba a los conductores con una pistola.Una patrulla localizó al sospechoso en las proximidades del barrio de Can Escandell. Según lo recogido por este periódico, el acusado, natural de León y de 50 años, llegó a decirles a los agentes que 'lo que buscaban estaba detrás', cuando le estaban cacheando. Los policías también quitaron a dicha persona una navaja con una hoja de siete centímetros y medio y un teléfono móvil que él mismo reconoció no saber activar. El presunto perturbado pasó anteayer tarde a disposición judicial y quedó libre para comparecer ayer mismo en un juicio de faltas. Durante este tiempo llegó a asegurar que era funcionario de prisiones y que tenía que ir protegido. Al respecto, ha trascendido que, al parecer, dicha persona no era funcionaria y que sólo realiza tareas de mantenimiento en una cárcel del Norte de España.