Patrick V.N. llegó a estar preso después de que el fiscal pidiera esta medida cautelar.

Patrick V.N., el turista alemán de 23 años que fue detenido por la Guardia Civil tras una persecución por el monte minutos después de que éste, supuestamente bebido, matara el pasado mes de septiembre en un accidente de tráfico a un matrimonio francés, tendrá que sentarse finalmente en el banquillo para responder de dos homicidios por imprudencia grave. Su proceso pude concluir con una condena de al menos cuatro años de prisión, según consta en el escrito de acusación fiscal que se ha presentado en el juzgado.

El sospechoso se encuentra en la actualidad libre por decisión judicial. Sin embargo, llegó a estar varios días preso después de que, tras su paso a disposición judicial, el fiscal requiriera esta medida cautelar y sin derecho a fianza. Patrick C.V., sin embargo, pudo volver a su país natal tras acordarlo el juez instructor, el magistrado Juan Carlos Torres, una vez que se depositara, al parecer, una fuerte fianza para garantizar las responsabilidades civiles para la familia de las dos víctimas, de 80 y 71 años. En caso de que éste no se presentara en su juicio, el juzgado tendría que dictar una orden de busca y captura con carácter internacional.

El caso será visto en uno de los juzgados de lo Penal de la isla tras no haberse contemplado que el acusado hubiera podido incurrir en un delito de omisión del deber de socorro, circunstancia técnica que hubiera supuesto llevar la causa a la Audiencia Provincial ante un jurado. Todo ello sí se hubiera podido contemplar si el matrimonio, residente en Eivissa, no hubiera fallecido en el acto, como certificaron los médicos del 061 que intervinieron en un accidente que ocurrió en la mañana del 28 de septiembre del año pasado entre Jesús y Cala Llonga. El turista alemán fue capturado en una zona boscosa a los quince minutos de producirse el siniestro después de que se montara un dispositivo policial en el que participó una docena de agentes de Tráfico. El cerco sobre el sospechoso se cerró enseguida gracias a las informaciones que dio a sus compañeros un agente del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Éste, que de paisano pasaba por el sitio del siniestro, observó la huida del sospechoso.