«Nos tuvimos que ir a la calle con cuatro bebés en la casa, uno de
ellos enfermo del corazón, justo cuando caía agua. Se podía haber
hecho todo de otra manera y con más tiempo».
Estas son las últimas declaraciones que realizó una vecina de la
calle Retiro de sa Penya que ayer se sentó junto con su marido en
el banquillo del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa para
responder de un presunto delito de usurpación.
La misma acusación pesa sobre sus hijos. «Uno está en Granada y
los otros dos enfermos», justificó la mujer para explicar la
ausencia de todos ellos.El fiscal pide la absolución de todos ellos
mientras que la acusación particular, entre otras medidas, una
multa.
El matrimonio procesado por esta causa reconoció residir en el
domicilio motivo de litigio desde hace doce años. Ambos dijeron
pagar durante este tiempo un alquiler pero en el juzgado no
presentaron ningún resguardo. «Deben estar por casa»,
explicaron.
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