El aficionado que fue procesado por romper la mandíbula al entonces
zaguero de la sección de rugby de la SD Eivissa tras el partido que
enfrentó al Club Ponent de Mallorca y al combinado ibicenco
compareció ayer ante la responsable del juzgado de lo Penal número
2 de Eivissa para enfrentarse a las penas de prisión que se le
reclamaban por unos hechos ocurridos el pasado 5 de abril de 2003
en Can Misses.
El conjunto mallorquín perdió 3-0 y quedó fuera de adjudicarse
ese año el trofeo interislas que se disputaba.
El acusado, F.R., un argentino que viajó con el Club de Rugby
Ponent, se reconoció responsable del delito que se le imputaba y
aceptó una sentencia de conformidad que lleva implícita la pena de
seis meses de prisión y el pago de una cantidad que supera los
34.000 euros por los daños y secuelas causadas al afectado. El
agresor, bajó de la grada al acabar el partido y se dirigió a su
víctima, también argentina, cuando ésta salía del banquillo. Sin
mediar palabra le propinó un fuerte puñetazo en la cara. La víctima
tardó 69 días en curar y su tratamiento precisó la colocación de
una prótesis en la mandíbula que paliara las deficiencias
ocasionadas por una fractura múltiples que se le diagnosticó. Pese
a ello, al jugador le quedaron secuelas muy graves. Sólo por éstas
el agresor tendrá que pagar una indemnización de 30.000 euros. A
dicha cantidad se suman otros 4.140 euros en los que se han
cuantificado los daños producidos por el puñetazo y el coste del
tratamiento que precisó el paciente durante su curación y
convalecencia. El jugador afectado, ahora segundo entrenador de la
formación ibicenca, ha podido seguir practicando este deporte.
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