Los socorristas están vigilando lo que ocurre en las playas desde primeras horas de la mañana.

Los datos de que dispone Cruz Roja, sin embargo, avalan que, pese a la alta tasa de mortandad, todo indica que, a excepción de cinco personas que fallecieron cuando practicaban submarinismo, tan sólo dos de las 16 víctimas perdieron la vida al verse en apuros a causa del mar, uno en Los Molinos y el último caso registrado en Cala Lenya. En el resto, se dio la coincidencia que el bañista padecía alguna enfermedad patológica o sufrió algún tipo de ataque, según informó Lucas Delbón, coordinador de playas de Cruz Roja. Así el tercer caso de esta semana, el de un suizo fallecido en Talamanca, padecía asma.

Un total de 42 socorristas de esta institución en Eivissa y otros siete en Formentera están cubriendo el litoral de las Pitiüses coordinados tanto con el 112 como con Salvamento Marítimo. Su vigilancia ha evitado situaciones complicadas para los bañistas.La última semana, coincidiendo con la llegada del mal tiempo, ha puesto a prueba especialmente la capacidad de respuesta de un operativo de vigilancia que actúa ininterrumpidamente desde las ocho de la mañana a las seis de la tarde. Cruz Roja, además, aporta sus medios de rescate si, a cualquier hora, se requiere el apoyo de sus unidades.

Solamente el pasado martes cuatro personas fueron sacadas del agua en la playa de Talamanca después de que tres de ellas se vieran en grandes apuros cuando acudieron a auxiliar a un bañista que se ahogaba. El hecho no pasó desapercibido para una zodiac que patrullaba la costa de Santa Eulària. Su tripulación actuó para poder salvar los cuatro afectados.

La vigilancia de los socorristas también se vio recompensada con dos salvamentos a turistas en Cala Nova y en Cala Lenya. En ses Figueretes se intervino en dos casos y uno de ellos precisó reanimación. En Platja en Bossa tres bañistas, entre ellos un niño de ocho años, contaron el apoyo de los miembros de Cruz Roja. Por último, en es Figueral también se realizó otro rescate.