J. M. ALONSO / G. ROMANÍ
Un turista italiano de 42 años falleció ayer por la mañana ahogado en Cala Llenya, en el municipio de Santa Eulària. Se trata de la segunda persona que muere en las playas de Eivissa en menos 24 horas. Según la Cruz Roja, el italiano, que estaba alojado en un hotel de la zona de Cala Llenya, decidió bañarse en el mar junto con dos compañeros alrededor de las diez y media de la mañana, con bandera roja en la playa y cuando la fuerza del mar estaba en su plenitud, ya que según fue avanzando el día de ayer el viento fue remitiendo y la mar acabó casi calmada por completo.

Al parecer, la fuerza de las olas impidió al italiano regresar a la orilla mientras sus dos compañeros sí que lo lograron. De hecho, según la Cruz Roja, fueron los propios compañeros del fallecido quienes se encargaron de sacarlo a tierra, lo que lograron a las 10,40 horas, aproximadamente.

Cuando llegaron a Cala Llenya los socorristas de la Cruz Roja, a las once horas, el italiano ya estaba tendido sobre la arena y sufría una parada respiratoria. Los socorristas intentaron reanimarle sin éxito. Poco después llegó al lugar una ambulancia del servicio del 061, que tampoco logró reanimar al italiano. Las autoridades sospechan que este turista podría haberse ahogado a consecuencia de un corte de digestión motivado por el gran esfuerzo que se vio obligado a realizar para intentar ganar la orilla de Cala Lleña.

Tanto el martes como el miércoles ondeó la bandera roja en la playa de Cala Llenya, al igual que en Cala Nova, también en el municipio de Santa Eulària. En ambas playas, el viento del este-sudeste levantó olas que llegaron a superar los tres metros de altura, según la Cruz Roja.

Menos de 24 horas antes había fallecido también por ahogamiento un canadiense de 52 años en la conocida como playa de Los Molinos, en la zona de Puig d'en Valls, en el barrio de ses Figueretes. También en la playa de este barrio de Eivissa ondeaba bandera roja. La Cruz Roja sospecha que la causa de la muerte del canadiense también pudo ser un corte de digestión. Desde que comenzó la temporada turística ya han muerto en las aguas de Eivissa 15 personas, cuatro de ellas mientras practicaban el submarinismo, tres con botella y una a pulmón.

La climatología de los últimos días ha provocado problemas en las comunicaciones marítimas entre Formentera y Eivissa centrados en los trayectos del superferry «Nixe» de Baleària procedente de la Península y en las embarcaciones que cubren las excursiones diarias entre ambas islas. En el primer caso las causas deben buscarse en el mal tiempo, mientras que en el segundo a la poca afluencia de pasajeros que ha propiciado la suspensión de algunos trayectos para agrupar los visitantes de un día en pocas embarcaciones. Ayer a mediodía reinaba viento de levante de fuerza entre 4 y 5, olas que oscilaban entre el metro y medio y los dos metros de altura al este des Freus y las rachas de viento. No obstante, durante la noche el viento cambió a gregal y tramuntana, circunstancia que mejoraría para hoy las condiciones de navegación entre la Savina y Eivissa. Ayer ya funcionaban con normalidad los trayectos marítimos de Eivissa a Mallorca y Península. Por lo que se refiere a la única naviera formenterense, Mediterrànea-Pitiusa, tan sólo ha suspendido un trayecto, el de salida a las diez de la mañana de ayer desde Eivissa y el de Formentera a las once. Gestión Naviera, que opera con el «Arlequín Rojo» había cubierto a primeras horas de la tarde todos los trayectos, lo cual indicaba que al menos entre las Pitiüses las condiciones de navegación eran aceptables, ya que dicho ferry es el primero que deja de operar con mal tiempo. Epool Trasmapi -Baleària suprimió ayer los trayectos que debía cubrir el «Nixe» entre las Pitiüses.