La investigación que lleva a cabo la unidad de Policía Judicial de la Guardia por el crimen en Sant Josep del empresario José Miguel López Calzado ha entrado en una fase en la que los agentes buscan nuevos datos que sirvan para definir cuáles son los siguientes pasos que se van a dar. Por tal motivo, los agentes se están centrando ahora en buscar nuevos testimonios de personas que pudieran ver algún hecho concreto durante el tiroteo que le costó la vida a López Calzado y que hasta ahora no hayan trascendido.

La Guardia Civil, salvaguardando de igual manera plenamente la identidad de estos testigos, también está intentado recoger cualquier información que aclare cómo se gestó el asesinato y la infraestructura con la que contó el grupo de personas que se cree vino a la isla para poner fin a la vida del empresario andaluz de 36 años en lo que se ha considerado un ajuste de cuentas por el turbio pasado de la víctima, ligada a asuntos de narcotráfico y negocios de compraventa de coches.

Estos testimonios pueden ser fundamentales para aclarar aspectos que hasta la fecha siguen siendo, en cierta manera, confusos, incluso presumiblemente para la investigación.

En este sentido, desde la misma noche del sábado, fecha en que la víctima fue asesinada por dos encapuchados en la terraza de un restaurante, se han barajado la posibilidad de que otras dos personas, incluida una mujer, participaran en el crimen. Tampoco se ha podido localizar por el momento el coche en el que huyeron los pistoleros después de haber efectuado cerca de una quincena de disparos.

Los agentes también se enfrentaron desde el primer momento con datos confusos que llevaron a que se tuvieran que barajar varios números de matrículas sin saber siquiera de primeras si éstas eran auténticos.

El caso se ha complicado aún más por los antecedentes de la víctima. Al parecer, López Calzado, con residencia eventual en Cala Carbó, no sólo es conocido en ambientes judiciales y policiales de Madrid y Málaga sino que también le constan antecedentes en Alicante.

La Guardia Civil de Eivissa, en colaboración con otras unidades, está recogiendo pistas en estas provincias buscando en el entorno de la víctima para tratar de esclarecer quiénes y por qué motivos concretos atentaron contra la vida del empresario.

El paradero de los asesinos también es una incógnita, no descartándose que hubieran logrado salir de la isla tras perpetrarse el crimen.