El empleado de un restaurante chino que fue detenido por
supuestamente advertir a su jefe de que iba a enviar a alguien para
matarle quedó anteayer tarde en libertad con el compromiso de
presentarse la próxima semana en el juzgado para sentarse en el
banquillo en un juicio de faltas por amenazas. El sospechoso
aseguró en su declaración judicial que nunca quiso intimidar a su
jefe y que lo único que quería era que le pagara lo que le debía
porque ya no quería trabajar para él.
J.H., de 38 años, pudo prestar de declaración después de que
fueran necesarias varias horas para que se encontrara a una persona
que pudiera traducir el dialecto chino que hablaba el acusado. Éste
fue detenido durante la madrugada de anteayer después de que la
Policía Local de Eivissa recibiera una llamada en el retén en la
que se informaba de que un empleado de un establecimiento de
restauración se estaba comportando violentamente después de
enterarse de que había sido despedido. El afectado, a la llegada de
los agentes, aseguró que la discusión había empezado después de que
le hubiera comunicado a su empleado que no podían continuar con su
relación laboral porque no le había presentado la documentación que
le requería para que pudiera tramitar su contrato.
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