Conducía un viejo Mercedes negro, pero justo el día antes de su
detención otro marroquí se lo cambió por un Mercedes seminuevo de
color blanco. Ahora, la policía estudia quién es este marroquí y,
al parecer, también está investigando a otros relacionados con
Alouia, entre ellos un hermano de éste que también reside en la
isla. Sus compañeros se quedaron asustados cuando unos 15 policías
de paisano desarrollaron un impresionante operativo para la
detención de Alouia, a las ocho y media de la mañana del pasado
miércoles en la puerta del taller. Nadie conocía el motivo de la
detención y, en principio, pensaron que el asunto podía derivar del
cambio del Mercedes blanco del día anterior.
Cuando se enteraron, por la prensa, de que la detención se debe
a la presunta relación de Alouia con Jamal Ahmidan «el Chino» y los
hermanos Rachid y Mohamed Oulad Akcha, no se lo podían creer. La
policía lo ha detenido porque sospecha que su compañero de trabajo
se reunió con «el Chino» cuando éste viajó a Eivissa,
supuestamente, para cerrar una compra de unos 50 kilos de hachís
con cuya posterior venta se habrían pagado los explosivos del 11-M.
No obstante, informaciones recogidas por este diario ponen en duda
que Alouia se reuniera con «El Chino» y piensan que, en realidad,
es a otra persona, también residente en la isla, a quien hay que
detener. Alouia y su mujer, marroquí de origen argelino, viven en
un piso de las afueras de Sant Antoni junto con sus tres hijas, que
acuden a un colegio de esta localidad. Con sus vecinos mantienen
una relación superficial y correcta. La casa recientemente
adquirida por Alouia, a la que aún no se ha mudado la familia, no
disponía de electricidad ni agua corriente y estaba en muy malas
condiciones. Amigos marroquíes del detenido le ayudaron en las
obras, ya que, por lo visto, el detenido prácticamente no gastó
dinero en la reforma del inmueble. Un allegado al detenido confesó
ayer: «Hace unas semanas le comenté a un amigo lo bien que se
administra Younef, que hasta se ha podido comprar una casa, aunque
sea muy vieja y pequeña». Alouia y su familia pagan un alquiler
bajo en Sant Antoni, al parecer de menos de 400 euros mensuales.
Además, para pagar la adquisición de la casa cuenta con el alquiler
percibe por el piso que tiene en ses Figueretes y con los más de
2.000 euros que gana cada mes. Que se sepa, la esposa del detenido
no realiza ninguna actividad profesional remunerada. Quien conoce a
Alouia asegura que nunca advirtió sospechas de que pudiera estar
relacionado con el tráfico de drogas en la isla y, menos aún, con
actividades terroristas y tiene las puertas abiertas en su trabajo
si regresa con las manos limpias.
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